En esta sección se comparte una propuesta metodológica, inspirada en diferentes herramientas como las comunidades de aprendizaje, el diseño basado en las personas y en guías de autoevaluación y gestión escolar, para trabajar con las comunidades indígenas en proyectos educativos cultural y lingüísticamente pertinentes. Esta metodología consta de seis etapas que buscan aprovechar el conocimiento del territorio para integrarlo al proyecto educativo en beneficio de las comunidades, las organizaciones y en seguimiento a los objetivos educativos de la Fundación.
Cada etapa incluye acciones recomendadas para integrar el conocimiento de las distintas dimensiones del territorio y asegurar que el proyecto se realice en circunstancias favorables. Al final de cada etapa, se plantean algunas preguntas de reflexión que buscan orientar las acciones con congruencia, sin perder que la finalidad es la mejora educativa de las comunidades indígenas, del país y la región.
A partir de conocer el territorio en las diferentes dimensiones –contexto, historia, lengua, educación, participación, género, tradiciones, cosmovisión, necesidades y aspiraciones– se recomienda hacer un análisis para:
En esta etapa se deben identificar aquellos elementos de la vida y prácticas de las comunidades que se deban integrar al proyecto desde su diseño, como calendario de celebraciones, prácticas agrícolas, temas relacionados con el clima y ciclos naturales o sociales, entre otros. Esto debe ser consultado y validado por los miembros de la comunidad que participarán en el proyecto, mismos que se espera tengan el conocimiento para verificar que el diagnóstico realmente refleja las necesidades de las comunidades. Una vez validado lo anterior, se puede presentar con líderes y autoridades educativas, para continuar con el proceso formal de diseño e implementación del proyecto.
En todas las etapas se presentan algunas preguntas que buscan reflexionar y orientar las acciones que se realizan. A continuación, se presentan las de la etapa diagnóstica y de toma inicial de decisiones:
Estas preguntas no son las únicas interrogantes que se pueden presentar, la experiencia vivida y las necesidades de la comunidad y del proyecto pueden generar algunas más relevantes y específicas.
Derivado del diagnóstico y de su validación por parte de los miembros de la comunidad o de varias comunidades en la región, se deben identificar las principales necesidades, en particular las educativas como la revitalización de la lengua indígena y la promoción de la cultura a través de la educación. Entre las principales, se pueden encontrar:
Se recomienda que lo identificado se plasme en un mapa de cada comunidad que permita ver con claridad dónde se encuentran las situaciones y cómo se pueden resolver en la escuela u otros espacios educativos. Con base en este mapeo se deben establecer objetivos claros y medibles para el proyecto y para los valores culturales de la comunidad. Aquí se presentan algunas recomendaciones para la redacción de objetivos:
Para cerrar esta etapa, se presentan algunas preguntas de reflexión para orientar las acciones:
En este momento ya se debe contar con un diagnóstico, con un mapeo que identifica las necesidades específicas y se han definido objetivos claros y medibles. La etapa 3 es el momento para llevar a cabo actividades generadoras de ideas y de elaboración de un prototipo del proyecto educativo, que ya se tiene contemplado, con la integración de los elementos culturales y lingüísticos que sean relevantes.
Se propone reunir a un grupo diverso de miembros de la comunidad, incluyendo a ancianos, líderes, docentes y jóvenes, en un taller de ideación. Se puede crear un guion con las preguntas de esta etapa para tener una discusión abierta sobre cómo incorporar estos elementos culturales en el proyecto educativo.
Posteriormente, se puede dividir a los participantes en grupos pequeños y asignar a cada grupo un aspecto específico del proyecto educativo (por ejemplo, desarrollo de material didáctico, diseño de actividades, contenido curricular, etcétera.). Aquí se propone la creación de prototipos de recursos educativos que reflejen la cultura local y la cosmovisión indígena. Esto puede incluir libros interactivos, juegos, aplicaciones, videos, canciones, artesanías, etcétera.
Una vez que se realicen estas actividades:
Los recursos seleccionados se integran en el proyecto educativo de acuerdo con los objetivos y las necesidades identificados en etapas anteriores. Se diseñan planes de acción y actividades que incorporen estos recursos de manera efectiva.
Esta etapa debe cerrar con una evaluación piloto de las actividades y recursos educativos con un grupo representativo de estudiantes de la comunidad. Se recopila retroalimentación adicional y se realiza cualquier ajuste necesario antes de la implementación completa del proyecto.
A continuación, se proponen las siguientes preguntas para la discusión y la generación de ideas creativas y un prototipo inicial:
La etapa de implementación y evaluación en un proyecto educativo intercultural es crucial para llevar a cabo las acciones planificadas y asegurarse de que se cumplan los objetivos. Además, el involucramiento continuo de la comunidad es fundamental para el éxito a largo plazo.
Para la implementación se debe contar con una planeación detallada. Con base en el prototipo se recomienda elaborar un cronograma que incluya fechas de inicio y finalización de cada actividad, asignación de responsables y recursos necesarios. Con el fin de asegurar la pertinencia del proyecto, se deben formalizar los planes y lecciones que incorporen los recursos didácticos y culturales, así como el enfoque intercultural. Es muy importante asegurar que éstos se encuentren alineados con los objetivos del proyecto.
Posteriormente, se realizará la implementación del proyecto, el cual seguramente contará con una serie de sesiones educativas con base en las propuestas y recursos pedagógicos realizados. Algunas de las actividades que se realizan durante la implementación son:
Al realizar la implementación se deben llevar a cabo evaluaciones formativas periódicas para medir el progreso hacia los objetivos del proyecto. Si es necesario, se pueden realizar ajustes intermedios. Al final, se realiza una evaluación sumativa para medir el logro de los objetivos. Se recomienda que esta evaluación se elabore desde el diseño de los objetivos, para asegurar su congruencia. También es conveniente que se involucre a la comunidad para la revisión de resultados. Puede ser en diferentes etapas, primero la comunidad educativa y después de manera abierta.
Las preguntas de reflexión para esta etapa son las siguientes.
Es probable que, durante la implementación, se requiera ir formando y capacitando al personal escolar o a personas externas que puedan dar un seguimiento puntual y ayuden de manera significativa al registro de experiencias, recopilación de datos y apropiación del proyecto. Será importante mostrar cómo hacerlo con ayuda de herramientas como guías de observación o guiones de entrevista, entre otros.
La etapa de sostenibilidad y escalabilidad en un proyecto educativo intercultural es esencial para asegurar que los beneficios perduren en la comunidad y puedan extenderse a otras comunidades indígenas. Esto dependerá del contexto y las relaciones que se tengan con las comunidades cercanas, si se desea realizarlo así. También se pueden aprovechar los aprendizajes para implementarlo en nuevas comunidades iniciando por el proceso de inmersión cultural, lingüística y educativa.
En esta etapa se realizan dos grandes procesos: el de transferencia de capacidades y el de escalabilidad.
El primero consiste en enfocar los esfuerzos realizados en transferir las capacidades a la comunidad, proporcionando información y recursos que les permita continuar con el proyecto de manera autónoma. Para ello se sugieren las siguientes actividades:
Una vez que se han establecido los mecanismos para la transferencia, se puede pensar en la escalabilidad del proyecto. Es decir, que el proyecto pueda crecer en el número de escuelas en las que se implementa, incluso en escuelas en comunidades cercanas o más allá. En principio, en una escala aceptable para ver en qué medida el proyecto, los aprendizajes y enfoque exitosos son replicables en distintos contextos.
Como parte de la etapa de escalabilidad se sugiere:
Algunas preguntas de reflexión para acompañar esta etapa son las siguientes.
La etapa de celebración comunitaria, reflexión y aprendizaje es esencial en un proyecto educativo intercultural, ya que cumple varias funciones críticas. En primer lugar, esta etapa brinda la oportunidad de reconocer y celebrar los logros alcanzados a lo largo del proyecto. Para las comunidades indígenas es importante honrar y destacar los aspectos culturales y educativos que ayudan a las comunidades y fortalecen su sentido de identidad y orgullo comunitario.
Esta celebración también promueve la cohesión y la unidad dentro de la comunidad, ya que permite a los miembros compartir sus éxitos y celebrar juntos. Además, fortalece la relación entre los diferentes actores involucrados en el proyecto, incluyendo a los miembros de la comunidad, docentes, líderes y colaboradores externos.
Por su parte, la reflexión brinda la oportunidad de examinar lo que funcionó bien y lo que podría mejorarse en futuros proyectos. Los miembros de la comunidad, junto con los docentes y otros colaboradores, pueden compartir sus experiencias y aprendizajes, lo que facilita la identificación de las mejores prácticas y lecciones aprendidas. Esta reflexión crítica es crucial para el crecimiento y la adaptación continuos.
Con el fin de fomentar el diálogo y la reflexión, se proponen algunas preguntas.
Por último, la etapa de aprendizaje en esta fase fomenta un enfoque de mejora continua. Los conocimientos adquiridos y las experiencias vividas durante el proyecto educativo se convierten en una base sólida para futuras iniciativas. La retroalimentación de la comunidad y el diálogo abierto contribuyen a la evolución y al fortalecimiento de los esfuerzos interculturales, lo que garantiza un mayor éxito en proyectos posteriores.
Es muy importante que todas las etapas estén alineadas a los objetivos de la Fundación y que se reporten de acuerdo con los criterios establecidos, tanto para el seguimiento, la escalabilidad y con fines de transparencia con todos los involucrados.
En resumen, la etapa de celebración comunitaria, reflexión y aprendizaje es un componente vital de cualquier proyecto educativo intercultural, ya que contribuye al empoderamiento de la comunidad, al fortalecimiento de la cultura local y al crecimiento continuo y significativo.
1 Elaborado por el Centro de Estudios Educativos para la Fundación Kellogg en México.