Bienvenid@ a este proyecto del Centro de Estudios Educativos para la W. K. Kellogg Foundation

Para proyectos educativos (en el contexto escolar)1

En esta sección se comparte una propuesta metodológica, inspirada en diferentes herramientas como las comunidades de aprendizaje, el diseño basado en las personas y en guías de autoevaluación y gestión escolar, para trabajar con las comunidades indígenas en proyectos educativos cultural y lingüísticamente pertinentes. Esta metodología consta de seis etapas que buscan aprovechar el conocimiento del territorio para integrarlo al proyecto educativo en beneficio de las comunidades, las organizaciones y en seguimiento a los objetivos educativos de la Fundación.

Cada etapa incluye acciones recomendadas para integrar el conocimiento de las distintas dimensiones del territorio y asegurar que el proyecto se realice en circunstancias favorables. Al final de cada etapa, se plantean algunas preguntas de reflexión que buscan orientar las acciones con congruencia, sin perder que la finalidad es la mejora educativa de las comunidades indígenas, del país y la región.

Etapas de la metodología

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Etapas

A partir de conocer el territorio en las diferentes dimensiones –contexto, historia, lengua, educación, participación, género, tradiciones, cosmovisión, necesidades y aspiraciones– se recomienda hacer un análisis para:

  1. Contrastar la información obtenida por medio de entrevistas, grupos focales u observaciones con lo encontrado en fuentes documentales o secundarias. Es conveniente que este análisis cruzado se realice cuidadosamente a fin de comprender de la mejor manera el territorio, ampliando la visión del mismo a partir de las coincidencias, las contradicciones y las complementariedades.
  2. Integrar un documento de diagnóstico como antecedente del proyecto. Este documento, además de servir de base para la propuesta inicial de trabajo, podrá consultarse constantemente para revisar el desarrollo del proyecto y hacer ajustes de ser necesario, a la vez que podrá actualizarse con base en la nueva información que se va recuperando.
  3. Dialogar sobre el contenido del diagnóstico con miembros clave de la comunidad, tanto para validarlo, como para tomar decisiones sobre el proyecto a partir de las necesidades detectadas en el diagnóstico.
  4. Compartir con la Fundación para asegurarse que las bases del proyecto están alineadas a sus objetivos y aportar conocimiento a otros aliados y actores clave.

En esta etapa se deben identificar aquellos elementos de la vida y prácticas de las comunidades que se deban integrar al proyecto desde su diseño, como calendario de celebraciones, prácticas agrícolas, temas relacionados con el clima y ciclos naturales o sociales, entre otros. Esto debe ser consultado y validado por los miembros de la comunidad que participarán en el proyecto, mismos que se espera tengan el conocimiento para verificar que el diagnóstico realmente refleja las necesidades de las comunidades. Una vez validado lo anterior, se puede presentar con líderes y autoridades educativas, para continuar con el proceso formal de diseño e implementación del proyecto.

En todas las etapas se presentan algunas preguntas que buscan reflexionar y orientar las acciones que se realizan. A continuación, se presentan las de la etapa diagnóstica y de toma inicial de decisiones:

Preguntas para la Etapa 1.

  1. ¿Cuáles son los desafíos específicos que enfrenta la comunidad en relación con la educación y la preservación de su lengua y su cultura?
  2. ¿Qué elementos culturales y tradicionales son esenciales para la identidad de la comunidad y deben estar reflejados en el proyecto?
  3. ¿Cómo diseñar el proyecto educativo para atender las necesidades de la comunidad, a partir de prácticas culturalmente pertinentes y asegurando la participación comunitaria?
  4. ¿Qué historias y narrativas locales pueden servir como recursos pedagógicos para el desarrollo educativo de niñas, niños y adolescentes?
  5. ¿Es necesario hacer cambios o ajustes al plan inicial del proyecto? ¿Cuáles serían y cuánto tiempo tomarían?

Estas preguntas no son las únicas interrogantes que se pueden presentar, la experiencia vivida y las necesidades de la comunidad y del proyecto pueden generar algunas más relevantes y específicas.

Derivado del diagnóstico y de su validación por parte de los miembros de la comunidad o de varias comunidades en la región, se deben identificar las principales necesidades, en particular las educativas como la revitalización de la lengua indígena y la promoción de la cultura a través de la educación. Entre las principales, se pueden encontrar:

  1. El nivel de vitalidad de la lengua indígena, sus usos en diferentes espacios y el valor que le dan los miembros de la comunidad en sus diferentes generaciones.
  2. Los elementos de la cultura que inciden en las actividades escolares o que pueden integrarse a las prácticas educativas.
  3. Cómo es su forma de aprender y cómo conectan su lenguaje, su relación con la naturaleza, su espiritualidad, etcétera, que debe considerarse en el proyecto educativo que se desea realizar.
  4. Los actos que perjudican a sectores como las mujeres, niñas, niños, ancianos, migrantes, etcétera.
  5. Los actos que no permiten el diálogo e intercambio con otras comunidades, culturas o con autoridades (qué esfuerzos educativos pueden realizarse para que mejoren las condiciones de comunicación y convivencia).
  6. Las necesidades de formación y capacitación de los miembros de la comunidad que se desee integrar al proyecto.

Se recomienda que lo identificado se plasme en un mapa de cada comunidad que permita ver con claridad dónde se encuentran las situaciones y cómo se pueden resolver en la escuela u otros espacios educativos. Con base en este mapeo se deben establecer objetivos claros y medibles para el proyecto y para los valores culturales de la comunidad. Aquí se presentan algunas recomendaciones para la redacción de objetivos:

  1. Los objetivos deben ser específicos y detallados. Por ejemplo, en lugar de un objetivo vago como "Mejorar la comprensión cultural", se puede optar por "Los estudiantes serán capaces de identificar y explicar tres aspectos clave de la cultura local".
  2. Deben ser cuantificables o verificables, es decir, que se puede medir el grado de éxito. Por ejemplo, en lugar de "Mejorar la apreciación cultural", se puede decir "Aumentar el conocimiento de la cultura local en un 20%".
  3. Se deben vincular los objetivos con resultados tangibles. ¿Qué cambios se desea ver en los estudiantes o en la comunidad como resultado del proyecto?
  4. Se debe asegurar que los objetivos sean alcanzables, definiendo metas que sean desafiantes pero factibles dentro del marco del proyecto.
  5. Definir un plazo o un período de tiempo en el que se espera que se alcance el objetivo. Por ejemplo, "Dentro de seis meses, los estudiantes serán capaces de..."
  6. Se pueden utilizar verbos de acción como "identificar", "explicar", "crear", "demostrar" en los objetivos para indicar claramente lo que los estudiantes o la comunidad deben hacer.
  7. Se debe asegurar que los objetivos sean acordes con los valores, la lengua y la cultura de la comunidad indígena.

Para cerrar esta etapa, se presentan algunas preguntas de reflexión para orientar las acciones:

Preguntas para la Etapa 2.

  1. ¿Cómo se puede definir un desafío educativo que sea específico y relevante para la comunidad indígena?
  2. ¿Qué objetivos educativos reflejarán el respeto por la cultura y la lengua indígena?
  3. ¿Cuáles son las implicaciones a largo plazo de abordar este desafío para la comunidad y su identidad cultural?
  4. ¿Cómo se medirá el éxito del proyecto en términos de la preservación cultural y el bienestar educativo de la comunidad?
  5. ¿Quiénes deben estar involucrados en las diferentes etapas del proyecto?

En este momento ya se debe contar con un diagnóstico, con un mapeo que identifica las necesidades específicas y se han definido objetivos claros y medibles. La etapa 3 es el momento para llevar a cabo actividades generadoras de ideas y de elaboración de un prototipo del proyecto educativo, que ya se tiene contemplado, con la integración de los elementos culturales y lingüísticos que sean relevantes.

Se propone reunir a un grupo diverso de miembros de la comunidad, incluyendo a ancianos, líderes, docentes y jóvenes, en un taller de ideación. Se puede crear un guion con las preguntas de esta etapa para tener una discusión abierta sobre cómo incorporar estos elementos culturales en el proyecto educativo.

Posteriormente, se puede dividir a los participantes en grupos pequeños y asignar a cada grupo un aspecto específico del proyecto educativo (por ejemplo, desarrollo de material didáctico, diseño de actividades, contenido curricular, etcétera.). Aquí se propone la creación de prototipos de recursos educativos que reflejen la cultura local y la cosmovisión indígena. Esto puede incluir libros interactivos, juegos, aplicaciones, videos, canciones, artesanías, etcétera.

Una vez que se realicen estas actividades:

  1. Se deben presentar los prototipos al resto de los participantes.
  2. Se fomenta la retroalimentación constructiva asegurando que los recursos reflejan la cultura, los valores y necesidades de la comunidad.
  3. Con base en la retroalimentación recibida, los grupos refinan sus prototipos. Se alienta la colaboración y la adaptación continua.
  4. Tras la fase de refinamiento, la comunidad y los colaboradores del proyecto eligen los recursos definitivos que se integrarán en el proyecto educativo. Se busca un equilibrio entre la autenticidad cultural y la eficacia pedagógica.

Los recursos seleccionados se integran en el proyecto educativo de acuerdo con los objetivos y las necesidades identificados en etapas anteriores. Se diseñan planes de acción y actividades que incorporen estos recursos de manera efectiva.

Esta etapa debe cerrar con una evaluación piloto de las actividades y recursos educativos con un grupo representativo de estudiantes de la comunidad. Se recopila retroalimentación adicional y se realiza cualquier ajuste necesario antes de la implementación completa del proyecto.

A continuación, se proponen las siguientes preguntas para la discusión y la generación de ideas creativas y un prototipo inicial:

Preguntas para la Etapa 3.

  1. ¿Cómo se puede garantizar que las soluciones educativas propuestas sean cocreadas con la comunidad y se basen en sus necesidades y aspiraciones?
  2. ¿Qué innovaciones pedagógicas y métodos de enseñanza pueden integrarse en el proyecto para adaptarse a la cultura local?
  3. ¿Cómo se puede equilibrar la innovación con el respeto por las tradiciones culturales existentes?
  4. ¿Cuáles son las formas creativas de incorporar elementos de la cosmovisión indígena en el currículo educativo?
  5. ¿Cómo se puede saber si las innovaciones que se están implementando están dando un beneficio a las y los estudiantes y a la comunidad educativa?

 

La etapa de implementación y evaluación en un proyecto educativo intercultural es crucial para llevar a cabo las acciones planificadas y asegurarse de que se cumplan los objetivos. Además, el involucramiento continuo de la comunidad es fundamental para el éxito a largo plazo.

Para la implementación se debe contar con una planeación detallada. Con base en el prototipo se recomienda elaborar un cronograma que incluya fechas de inicio y finalización de cada actividad, asignación de responsables y recursos necesarios. Con el fin de asegurar la pertinencia del proyecto, se deben formalizar los planes y lecciones que incorporen los recursos didácticos y culturales, así como el enfoque intercultural. Es muy importante asegurar que éstos se encuentren alineados con los objetivos del proyecto.

Posteriormente, se realizará la implementación del proyecto, el cual seguramente contará con una serie de sesiones educativas con base en las propuestas y recursos pedagógicos realizados. Algunas de las actividades que se realizan durante la implementación son:

  1. Integración rigurosa de los métodos y aplicación de los recursos pedagógicos cultural y lingüísticamente pertinentes. Seguramente esta actividad involucrará a las organizaciones, docentes, estudiantes y a otras personas de la comunidad.
  2. Supervisión continua identificando cualquier desafío o problema que pueda surgir.
  3. Observación por parte de los miembros de la comunidad, esperando que estén cerca del proceso de implementación.
  4. Reuniones de retroalimentación regulares, para abordar las principales inquietudes.

Al realizar la implementación se deben llevar a cabo evaluaciones formativas periódicas para medir el progreso hacia los objetivos del proyecto. Si es necesario, se pueden realizar ajustes intermedios. Al final, se realiza una evaluación sumativa para medir el logro de los objetivos. Se recomienda que esta evaluación se elabore desde el diseño de los objetivos, para asegurar su congruencia. También es conveniente que se involucre a la comunidad para la revisión de resultados. Puede ser en diferentes etapas, primero la comunidad educativa y después de manera abierta.
Las preguntas de reflexión para esta etapa son las siguientes.

Preguntas para la Etapa 4.

  1. ¿Cómo iniciará la implementación para que sea bien recibida por la comunidad educativa?
  2. ¿Cómo garantizar que la implementación del proyecto sea culturalmente apropiada y respetuosa?
  3. ¿Cuáles son los indicadores de impacto que permitirán evaluar el proyecto educativo?
  4. ¿Cómo se involucrará a la comunidad en el proceso de evaluación, permitiendo que sus voces sean escuchadas?
  5. ¿Cuáles son las medidas para abordar posibles desafíos o resistencias al cambio en el proyecto educativo?

Es probable que, durante la implementación, se requiera ir formando y capacitando al personal escolar o a personas externas que puedan dar un seguimiento puntual y ayuden de manera significativa al registro de experiencias, recopilación de datos y apropiación del proyecto. Será importante mostrar cómo hacerlo con ayuda de herramientas como guías de observación o guiones de entrevista, entre otros.

La etapa de sostenibilidad y escalabilidad en un proyecto educativo intercultural es esencial para asegurar que los beneficios perduren en la comunidad y puedan extenderse a otras comunidades indígenas. Esto dependerá del contexto y las relaciones que se tengan con las comunidades cercanas, si se desea realizarlo así. También se pueden aprovechar los aprendizajes para implementarlo en nuevas comunidades iniciando por el proceso de inmersión cultural, lingüística y educativa.

En esta etapa se realizan dos grandes procesos: el de transferencia de capacidades y el de escalabilidad.

El primero consiste en enfocar los esfuerzos realizados en transferir las capacidades a la comunidad, proporcionando información y recursos que les permita continuar con el proyecto de manera autónoma. Para ello se sugieren las siguientes actividades:

  1. Organizar talleres de formación para miembros de la comunidad como docentes, estudiantes y líderes locales. Es importante enfocarse en la gestión y el mantenimiento de recursos educativos, en los métodos pedagógicos y en la preservación de la cultura.
  2. Identificar y capacitar a los líderes locales que puedan asumir roles de liderazgo en la implementación y gestión continua del proyecto. Se deben incluir las actividades educativas y la toma de decisiones de manera participativa.
  3. Crear manuales y guías que documenten los enfoques, la integración y utilización de los recursos culturales y la gestión del proyecto.
  4. Capacitar a miembros de la comunidad para producir nuevos materiales educativos y actualizar los existentes. Esto garantiza la continuidad y adaptabilidad de los recursos.
  5. Trabajar con la comunidad para identificar recursos y fuentes de financiamiento locales que puedan mantener el proyecto a largo plazo.
  6. Establecer mecanismos de evaluación y retroalimentación constante para realizar mejoras, expresar necesidades y preocupaciones a lo largo del tiempo.

Una vez que se han establecido los mecanismos para la transferencia, se puede pensar en la escalabilidad del proyecto. Es decir, que el proyecto pueda crecer en el número de escuelas en las que se implementa, incluso en escuelas en comunidades cercanas o más allá. En principio, en una escala aceptable para ver en qué medida el proyecto, los aprendizajes y enfoque exitosos son replicables en distintos contextos.

Como parte de la etapa de escalabilidad se sugiere:

  1. Documentar las mejores prácticas y lecciones aprendidas durante la implementación del proyecto, para usarlas como referencia para futuras iniciativas en otras comunidades.
  2. Buscar alianzas con otras organizaciones y comunidades indígenas que puedan beneficiarse de los enfoques exitosos del proyecto. Compartir la experiencia y los conocimientos es fundamental.
  3. Organizar eventos de celebración y reconocimiento para destacar los logros del proyecto y honrar a los miembros de la comunidad que han contribuido al éxito.
  4. Implementar un sistema de monitoreo para rastrear el progreso, la sostenibilidad y la eficacia de las estrategias.
  5. Utilizar los datos recopilados para realizar ajustes y mejoras en el proyecto y en las estrategias de sostenibilidad.

Algunas preguntas de reflexión para acompañar esta etapa son las siguientes.

Preguntas para la Etapa 5.

  1. ¿Cómo se puede asegurar que la comunidad esté empoderada para continuar y mantener el proyecto de forma independiente?
  2. ¿Cuáles son los mecanismos específicos que garantizarán la sostenibilidad del proyecto en términos de preservación cultural y educación?
  3. ¿Existen mejores prácticas que puedan ser compartidas y escaladas en otras comunidades indígenas?
  4. ¿Cómo se puede garantizar que la escalabilidad se realice sin comprometer la autenticidad cultural?

La etapa de celebración comunitaria, reflexión y aprendizaje es esencial en un proyecto educativo intercultural, ya que cumple varias funciones críticas. En primer lugar, esta etapa brinda la oportunidad de reconocer y celebrar los logros alcanzados a lo largo del proyecto. Para las comunidades indígenas es importante honrar y destacar los aspectos culturales y educativos que ayudan a las comunidades y fortalecen su sentido de identidad y orgullo comunitario.

Esta celebración también promueve la cohesión y la unidad dentro de la comunidad, ya que permite a los miembros compartir sus éxitos y celebrar juntos. Además, fortalece la relación entre los diferentes actores involucrados en el proyecto, incluyendo a los miembros de la comunidad, docentes, líderes y colaboradores externos.

Por su parte, la reflexión brinda la oportunidad de examinar lo que funcionó bien y lo que podría mejorarse en futuros proyectos. Los miembros de la comunidad, junto con los docentes y otros colaboradores, pueden compartir sus experiencias y aprendizajes, lo que facilita la identificación de las mejores prácticas y lecciones aprendidas. Esta reflexión crítica es crucial para el crecimiento y la adaptación continuos.

Con el fin de fomentar el diálogo y la reflexión, se proponen algunas preguntas.

Preguntas para la Etapa 6.

  1. ¿Cómo se celebrará el impacto positivo del proyecto en la comunidad y su cultura?
  2. ¿Cuáles son las lecciones más profundas que se han aprendido sobre la integración de la cosmovisión y la educación indígena?
  3. ¿Cómo se pueden abordar desafíos persistentes y continuar mejorando los enfoques en futuros proyectos educativos?
  4. ¿Qué significa este proyecto para el empoderamiento de la comunidad y la preservación de su identidad cultural a largo plazo?

Por último, la etapa de aprendizaje en esta fase fomenta un enfoque de mejora continua. Los conocimientos adquiridos y las experiencias vividas durante el proyecto educativo se convierten en una base sólida para futuras iniciativas. La retroalimentación de la comunidad y el diálogo abierto contribuyen a la evolución y al fortalecimiento de los esfuerzos interculturales, lo que garantiza un mayor éxito en proyectos posteriores.

Es muy importante que todas las etapas estén alineadas a los objetivos de la Fundación y que se reporten de acuerdo con los criterios establecidos, tanto para el seguimiento, la escalabilidad y con fines de transparencia con todos los involucrados.

En resumen, la etapa de celebración comunitaria, reflexión y aprendizaje es un componente vital de cualquier proyecto educativo intercultural, ya que contribuye al empoderamiento de la comunidad, al fortalecimiento de la cultura local y al crecimiento continuo y significativo.

1 Elaborado por el Centro de Estudios Educativos para la Fundación Kellogg en México.